Convención Mundial de Fantasía 2008 (5/5)
IV. La 34ta Convención Mundial de Fantasía (Calgary, 2008).
Segunda parte.
d) El Paseo a Banff y Lake Louise (sábado 1ro de noviembre)
Durante mis breves y fortuitos encuentros con los Ontell a lo largo del jueves y el viernes, había acordado con ellos que tomaríamos el sábado para disfrutar de las bellezas naturales cercanas a la ciudad. A pesar de los pronósticos, la providencia nos regaló un día soleado, con cielos despejados y unos agradables 15 ºC de temperatura. Llegamos al atardecer al hotel Marriot de Calgary, donde Ron y Valerie se hospedaban. Yo me dirigí luego a mi casa en las afueras de Calgary (NW) para reportarme con la tropa. Debo confesar que esa noche no tuve las energías de volver al centro para disfrutar de la Recepción del Show de Arte (”Art Show Reception”) ni del “pastiche“, enmarcado en la una actividad llamada: El Señor de Los Anillos en Palabras y Música (”LOTR in Word and Music”).
e) Banquete y Premios Mundiales de Fantasía (domingo 2 de noviembre)
Ese día al sol salió tarde (7:32 am) y, siendo domingo, desayunamos en familia bien entrada la mañana. Sin embargo, comí algo ligero debido a que asistiría al banquete en honor de los nominados y próximos ganadores del Premio Mundial de Fantasía 2008. El programa no presagiaba nada demasiado interesante antes de la hora del evento principal, a realizarse en el “Imperial 4″ a las 12:30 pm, así que me tomé mi tiempo para salir.
Resultó ser que a las 2 am del domingo ocurrió el cambio de hora de invierno y los relojes debieron retrasarse 1 hora, incluyendo mi fiel Timex de pulsera. El haber olvidado realizar tal procedimiento causó que estuviera una hora antes de tiempo en el hotel, lo cual terminó obrando a mi ventaja, pues pude entrar entre los primeros para escoger la mesa más cercana posible al pódium de premiación. Las primeras dos filas de mesas estaban reservadas para los escritores e invitados especiales. Así, me senté en la mesa y reservé a mi lado algunos puestos para Valerie y sus amigos en el comité organizador de la convención. Ron me había dicho que atendería otros asuntos a esa hora y que llegaría luego del banquete, cuando abrieran las puertas al público para presentar los premios. Al poco rato llegó Valerie con una pareja con la que tuvimos una interesante conversación durante toda la comida. Especialmente cuando entramos en pormenores acerca de una asociación norteamericana que se dedica a desarrollar habilidades y oficios propios de la edad media, y que luego son exhibidos en sendas convenciones en campo abierto. La pareja se conoció a través de estas actividades y ¡al parecer la fémina es una consumada lanzadora de hachas, certificada!
En cuanto a la comida, resultó ser algo que no se parecía en nada al concepto de “banquete” que tengo. De entrada una frugal ensalada de hojas verdes, un mini plato principal de pollo, carne o cerdo y un postre. Eso sí, los alimentos venían muy bien presentados, al estilo gourmet. Pero esto no consoló a mi estómago, quien entre gruñidos me reclamaba la arepa que había despreciado esa mañana, con lo último que nos quedaba de harina-pan venezolana.
Por fin llegó la hora de los premios y abrieron las puertas para dar paso a las personas que esperaban afuera del salón. Ron se contaba entre ellos y pronto vino a acompañarnos a la mesa. Subió Tad Williams al estrado, maestro de ceremonias de la convención, quien procedió a comunicarnos el programa del evento. Recuerdo que por un momento me llamó la atención el atuendo del señor Williams: Un traje negro que, en lugar de corbata y camisa, asomaba una franela del mismo color con un tema psicodélico en rosado lleno de rostros de personajes afroamericanos con el cabello a la usanza de la época del “Black Power“. Esta excentricidad parecía hacer alusión al tema del momento: las elecciones estadounidenses. Pronto haría clara su posición al respecto.
Williams continuó entonces con la introducción de los invitados de honor, quienes se acercaron uno a uno al estrado para agradecer al comité organizador la deferencia de la que fueron objeto los últimos días. Seguidamente, sacó unos lentes de su saco y procedió con el discurso de entrada a los premios, lectura que probaría ser el punto álgido de la noche. Williams preparó para la ocasión una brillante e hilarante historia paralela de la literatura fantástica, y del mundo en general, basada en la visión egocéntrica atribuida a la actual administración de los Estados Unidos de América. La imagen de mi cámara de video no paró de vibrar mientras contenía mis carcajadas a todo lo largo de la retórica cargada de retruécanos e hipérboles, leída por su autor con una seriedad y elocuencia magistral.
Finalmente, el señor Williams cedió el podio a los administradores de los premios de este año: David G. Hartwell (presidente del comité) y Rodger Turner (miembro permanente del comité y editor del “Sitio de Ciencia Ficción” o “Site CF” por sus siglas en inglés). Las estatuillas esperaban plácidamente, alineadas en un largo mesón ubicado a la izquierda del podio ¡de espaldas al público! La razón era muy simple: los ganadores aún no habían sido divulgados y las placas de los premios mostraban sus nombres. El hecho de que la mesa estuviese previamente accesible para cualquiera que estuviera almorzando en la sala, habla bien de los aficionados, artistas y escritores que supieron resistir la tentación de acercarse a tomar una foto inocente del “lado obscuro” de la mesa. Los premios fueron entregados sin mayor parsimonia, nombrando primero la categoría, los nominados y finalmente los galardonados.
Premios Mundiales de Fantasía 2008:
- Life Achievement: Leo y Diane Dillon (pareja de ilustradores ausentes al momento de la entrega). Ver más aquí. Patricia McKillip (escritora de Fantasía y Ciencia Ficción).
- Novela: “Ysabel” de Guy Gavriel Kay [Viking Canada/Penguin Roc]. La historia de un joven contemporáneo atrapado entre Celtas y Romanos en una saga mística que perdura a través de los siglos.
- Novela Corta: “Illyria” de Elizabeth Hand [PS Publishing]. Una pareja de primos adolescentes envueltos en una relación mágica y prohibida.
- Cuento: “Singing of Mount Abora” de Theodora Goss [Logorrhea, Bantam Spectra]. Un hacedor de instrumentos musicales le propone a un dragón que le entregue sus bigotes para crear un dulcémele muy especial. A cambio la sobrina del luthier acepta casarse con el dragón, usando el instrumento para cantarle todas las noches la música que promete revelar los secretos de su alma.
- Antología: “Inferno: New Tales of Terror and the Supernatural” editada por Ellen Datlow [Tor]. En palabras de su editora, ésta es una colección de historias creadas para provocar un terror visceral en el lector. Cada personaje sufre su propio infierno. Tiene cuentos de figuras como Pat Cadigan, Terry Dowling, Jeffrey Ford,Christopher Fowler, Glen Hirshberg, K. W. Jeter, Joyce Carol Oates y Lucius Shepard.
- Colección: “Tiny Deaths” por Robert Shearman [Comma Press]. Conjunto de cuentos del mismo autor, relativos al tema de la muerte en sus infinitas acepciones y posibilidades.
- Artista gráfico: Edward Miller (seudónimo de Les Edwards). Artista gráfico británico con mas 35 años de carrera como ilustrador del género fantástico, de terror y de ciencia ficción.
- Premio Especial ”Profesional”: Peter Crowther por PS Publishing. Escritor británico cofundador de PS Publishing que ha participado también como editor en distintas publicaciones del género.
- Premio Especial “No Profesional": Midori Snyder y Terri Windling por la página web: “The Endicott Studio“. Coeditoras de una organización dedicada a las artes enraizadas en los mitos y el folklore de todo mundo. Cuentan con una red de artistas y escritores que aportan sus talentos para ayudar a los más necesitados.
Luego de la entrega de premios, los presentes tuvimos la oportunidad de acercarnos a tomar fotos de los galardonados:
De izq. a der.: Representante de Midori Snyder y Terri Windling, Stephen Jones representando a Peter Crowther y Edward Miller, Ellen Datlow, Randy Reichardt (abajo) aceptando el premio por Leo y Diane Dillon, Guy Gavriel Kay, representante de Theodora Goss (atrás), Patricia McKillip (adelante), Joe Haldeman aceptando por Elizabeth Hand y Robert Shearman.
f) Despedida y el libro de recuerdo
Luego de la sesión de fotos, me despedí de Ron y Val, acordando que los iría a buscar con mi familia para llevarlos al aeropuerto la tarde del lunes 3 de noviembre. El caso es que yo también salía esa tarde hacia Venezuela para realizar una corta visita a mi oficina en Punto Fijo, Edo. Falcón. En la salida del recinto de los premios pude distinguir varios Libros de Recuerdo en medio del berenjenal en que se había convertido a mesa de intercambio de libros y propaganda, dispuestos para quien quisiera llevarlos a casa. Aproveché de tomar un par de ejemplares para mis amigos Jorge De Abreu y Susana Sussmann, con la intención de entregárselos en la reunión preparatoria de una antología que estamos armando para la AVCFF, y que se realizaría el siguiente sábado 8 de noviembre en el lugar cotidiano de la TERCA (Tertulias Caraqueñas de CF, Fantasía y Terror).
El Libro de Recuerdo tiene un contenido similar al de las Worldcons, con entrevistas a los Invitados de Honor, artículos acerca del encuentro y la lista de asistentes actualizada a la fecha de cierre para su publicación. Sin embargo, destaca en esta versión la abundancia de material gráfico a todo color, cedido para la ocasión por varios representantes del arte fantástico y de terror. Todd Lockwood presentó una mini galería con varias de sus obras desplegadas en las páginas centrales, aparte de su contribución en el arte de la portada y contraportada.
Asistir a la convención de Fantasía fue una experiencia emocionante que tuvo sus altos y bajos. Se disfruta de un ambiente más íntimo que facilita el acceso a todas las actividades, a los autores y a los artistas. Sin embargo, queda claro que al compararse con las Worldcons las opciones son limitadas en cuanto a la cantidad y variedad del programa, debido principalmente a la exigua concurrencia. Por otro lado, aunque nunca he votado, me parece más justo y democrático permitir a los aficionados decidir sobre la premiación, tal como ocurre con el Hugo. Me fui contento de haber podido encontrarme con amigos y conocidos. También me conforta el hecho de haber tenido la oportunidad de asistir a un evento de esta magnitud sin tener que gastar una locha en transporte ni alojamiento.
Juan Carlos Aguilar (final)
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